miércoles, 18 de junio de 2014

¡Cuidado!: Tu papelera habla

Magda Revetllat




El periódico económico Cinco Días publicó en una ocasión una curiosa circunstancia: en una oficina dejaron un documento en el fax, listo para ser enviado al día siguiente, era un presupuesto que se enviaría para optar a ser proveedores de una gran empresa. A la hora de cerrar los empleados se fueron pero… se olvidaron del gato. En el recinto se alojaba un gato que se encargaba de caza nocturna de ocasionales "visitantes"y esa noche pasó andando por encima del fax, de manera que lo accionó y el documento se envió al último número que el aparato tenía registrado. La mala suerte fue que la información sobre el presupuesto llegó hasta la competencia. 

Ejemplos de información fugada los hay a miles, son causados por la fatalidad, por descuido o, directamente, por prácticas deshonestas. 

Por regla general, tanto en los centros de enseñanza de negocios como en las propias empresas, se advierte de la importancia de la confidencialidad: no se habla de nuevas áreas de negocio fuera de la empresa, ningún documento puede salir de ella, incluso los emails y las llamadas pueden ser restringidos dentro del ámbito laboral. En cuanto a la documentación escrita, o bien la empresa cuenta  con aparatos para su destrucción o se confía a empresas de reciclaje que entregan un documento conforme todo se ha destruido. ¿Es necesario recordar la película Erin Brockovich para constatar la importancia de la eliminación de la documentación comprometedora? ¿O los casos del espionaje "de altos vuelos", en el que varias personas se infiltran en el avión, para escuchar las conversaciones  del equipo enviado a una importante negociación?

Por supuesto que existen actualmente métodos para falsificar documentación, de hecho han existido siempre como muestra la película Catch me if you can, pero se trata de no ponerlo fácil con la práctica de una simple rutina:

· Nunca dejar armarios o archivos abiertos si vamos a ausentarnos de la oficina
· Igualmente por lo que respecta al ordenador
· Si es una oficina abierta al público, cuidado con el material que se deja sobre la mesa
· Cuidado con lo que olvidamos en la impresora, la fotocopiadora o el fax… sobretodo si la empresa tiene a un gato en nómina
· Nunca entregar sobres, facturas o cartas con logotipo en blanco, ya que pueden ser usados para usurpar la identidad de la empresa
· Cuidado a quien enviamos un email. Aquí conviene revisitar las tribulaciones de la protagonista del libro de Allison Pearson
· Y… ¡Cuidado!: Tu papelera habla 

Y si no lo crees puedes ver a continuación Ladies Who Do, una simpática comedia británica en la que un grupo de empleadas de la limpieza recolectan todo lo que se ha tirado a la papelera, y los resultados son  sorprendentes.

Enjoy.  



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